Nos subimos al carro de las
nuevas formas de trabajo en las que lo único que se sabe es que las antiguas no
funcionan.
Nos venden la sonrisa, el
optimismo y la felicidad en el trabajo en el mismo contrato y nomina que hasta
ahora hemos cobrado. Has de ser feliz y sonreír porque es lo que está de moda,
porque es lo que vende, lo sano, lo moderno, los nuevos paradigmas, a cambio de
qué, realmente de nada, sólo como una obligación más en el trabajo. El
empresario quiere que funcione bien, los nuevos coach y RRHH aplican las nuevas
técnicas de optimismo que dicen revolucionar el sector laboral.
“Smile please” sonríe con la
presión del trabajo, sonríe cuando tu nomina no te da ni para llegar al día 20,
sonríe cuando tus compañeros de trabajo te están pisando, sonríe cuando la
competencia se vuelve más dura, sonríe cuando despiden a tus compañeros, o tal
vez, cuando tu despido peligra, da igual pero SONRÍE. “ Smile please” es lo mejor para ti, es lo mejor para la
empresa…
Estás son las ultimas tendencias
en las relaciones humanas del trabajo y yo me planteo, ¿ Por qué nos venden el
optimismo? ¿Por qué se nos coacciona a ser optimistas? Yo no conozco a ninguna
persona que esté bien y no sea por naturaleza optimista, si quieren que seamos
optimistas es porque por naturaleza ya estamos mal, ¿no?, ¿no sería mejor que
se tratase el problema por el cual no se es optimista? porque si uno trabaja en
un sistema que va contra naturaleza el optimismo pasa a ser una realidad fingida.
Según las filosofías milenarias y
últimamente la física cuántica “todos somos uno”, ¿está el sistema de trabajo
basado en el gran pilar de la humanidad? ¿Es acaso la competencia, las
exigencias y la presión un símbolo de unicidad? Si el sistema laboral como está
estructurado hasta ahora contempla tan sólo la figura individual en un sistema
de competencia y la única unión que se busca es la que represente un beneficio
empresarial, ¿cómo se puede pretender que se sonría cuando somos grupo para
unos intereses e individuos separados para otros aspectos?
No será la sonrisa un parche
porque no se sabe arreglar la verdadera base. “Todos somos uno” cuando estamos
en casa, pero ¿acaso el trabajo no forma parte de nuestra experiencia y
mundo?¿por qué el trabajo debería de ser distinto?
Simula que eres feliz cuando no
lo eres, simula que sonríes cuando no te apetece, simula que te gusta el
trabajo cuando lo que deseas es hacer otra cosa, simula que te cae bien cuando
te están haciendo la vida imposible, SIMULA y SONRIE porque así se ayudará a
que este sistema de trabajo injusto se siga sosteniendo.
No sería mejor que se empezase a
trabajar en un sistema laboral en el que todos formásemos parte de la misma red
en vez de entretenerse uno con otro metiéndose el dedo en el ojo por
considerarlo competencia.
Dejémonos de milongas, arreglemos
la base del problema y luego se comprobará como “milagrosamente” todos
sonríen.
Los primeros resultados de esta
filosofía ya se empiezan a ver en prensa.
Lucía Ferrándiz
Lucía Ferrándiz
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