martes, 18 de junio de 2013

No todo lo que consideramos injusto lo es.


¿Estás dando de si todo lo que puedes o tan sólo te dedicas a vegetar en tu empresa pensando que el tiempo que llevas es más que suficiente para avalar tu experiencia y competitividad?

Muchas veces cuando se consigue un trabajo nos quedamos en la comodidad y seguridad que ese trabajo nos proporciona y el esfuerzo por superarnos queda anulado hasta que un día llega alguien nuevo y nos hace darnos cuenta. Lo normal es que pensemos tan sólo en lo injusto de la situación si alguien nuevo asciende antes que nosotros, pero si vemos con más profundidad nos daremos cuenta de que algo perdimos en el camino.


Lean esta aleccionadora fábula.



Juan trabajaba en una empresa, desde hacía dos años. Siempre fue muy serio, dedicado y cumplido con sus obligaciones. Llegaba puntual y estaba orgulloso de que en dos años, nunca había recibido una amonestación. 



Cierto día, buscó al Gerente para hacerle una reclamación: 
Señor, trabajo en la empresa, desde hace dos años con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero siento que he sido relegado.



Mire; Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace sólo seis meses y ya ha sido promovido a Supervisor.



El Gerente exclama ¡Uhmm!, y le dice. Mientras resolvemos esto, quisiera pedirte que me ayudes con un pequeño problema: Quiero dar fruta al personal para la sobremesa del almuerzo de hoy. En la bodega de la esquina la venden. Por favor, averigua si tienen naranjas. 



Juan se esmeró en cumplir con el encargo y en 5 minutos ya estaba de regreso.



Bueno Juan, ¿Qué averiguaste? 

Señor, si tienen naranjas para la venta. 



¿Y cuánto cuestan? 

¡Ah! No pregunté eso.



Viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal. 

No me fije, realmente. 



¿Hay alguna fruta que pueda substituir a la naranja? 

No sé señor, pero creo... 



Bueno, siéntate un momento. 

El Gerente mandó llamar a Fernando. Cuando éste se presentó, le dio las mismas instrucciones que le diera a Juan y en 10 minutos estaba de vuelta. 



Cuando regresó, el Gerente le pregunta: Bien Fernando, ¿Qué noticias me 
traes? 



Señor, tienen naranjas suficientes para todo el personal, y si usted lo prefiere 
también tienen: Plátano, papaya, melón y mango. La naranja está a $ 10.00 pesos el kilo, el plátano a $ 8.00, la papaya a $ 15.00, el melón a $ 14.00 y el mango a $ 1800. Yo sugiero naranja y melón. 



Si compramos mas de 5 kilos de cualquier fruta, negocie un 10% de descuento.



He dejado separada la naranja, pero usted puede escoger otra fruta, o alguna combinación.

Debo regresar para precisar y confirmar el pedido.



Muchas gracias Fernando, pero espera un momento.



Se dirige a Juan, que aún observaba la escena estupefacto y le dice: Juan, ¿Qué me decías?... 



Nada señor, con su permiso... 



domingo, 16 de junio de 2013

La felicidad simulada produce más tristeza


Nos subimos al carro de las nuevas formas de trabajo en las que lo único que se sabe es que las antiguas no funcionan.

Nos venden la sonrisa, el optimismo y la felicidad en el trabajo en el mismo contrato y nomina que hasta ahora hemos cobrado. Has de ser feliz y sonreír porque es lo que está de moda, porque es lo que vende, lo sano, lo moderno, los nuevos paradigmas, a cambio de qué, realmente de nada, sólo como una obligación más en el trabajo. El empresario quiere que funcione bien, los nuevos coach y RRHH aplican las nuevas técnicas de optimismo que dicen revolucionar el sector laboral.

“Smile please” sonríe con la presión del trabajo, sonríe cuando tu nomina no te da ni para llegar al día 20, sonríe cuando tus compañeros de trabajo te están pisando, sonríe cuando la competencia se vuelve más dura, sonríe cuando despiden a tus compañeros, o tal vez, cuando tu despido peligra, da igual pero SONRÍE. “ Smile please”  es lo mejor para ti, es lo mejor para la empresa…

Estás son las ultimas tendencias en las relaciones humanas del trabajo y yo me planteo, ¿ Por qué nos venden el optimismo? ¿Por qué se nos coacciona a ser optimistas? Yo no conozco a ninguna persona que esté bien y no sea por naturaleza optimista, si quieren que seamos optimistas es porque por naturaleza ya estamos mal, ¿no?, ¿no sería mejor que se tratase el problema por el cual no se es optimista? porque si uno trabaja en un sistema que va contra naturaleza el optimismo pasa a ser una realidad fingida.

Según las filosofías milenarias y últimamente la física cuántica “todos somos uno”, ¿está el sistema de trabajo basado en el gran pilar de la humanidad? ¿Es acaso la competencia, las exigencias y la presión un símbolo de unicidad? Si el sistema laboral como está estructurado hasta ahora contempla tan sólo la figura individual en un sistema de competencia y la única unión que se busca es la que represente un beneficio empresarial, ¿cómo se puede pretender que se sonría cuando somos grupo para unos intereses e individuos separados para otros aspectos?

No será la sonrisa un parche porque no se sabe arreglar la verdadera base. “Todos somos uno” cuando estamos en casa, pero ¿acaso el trabajo no forma parte de nuestra experiencia y mundo?¿por qué el trabajo debería de ser distinto?

Simula que eres feliz cuando no lo eres, simula que sonríes cuando no te apetece, simula que te gusta el trabajo cuando lo que deseas es hacer otra cosa, simula que te cae bien cuando te están haciendo la vida imposible, SIMULA y SONRIE porque así se ayudará a que este sistema de trabajo injusto se siga sosteniendo.   

No sería mejor que se empezase a trabajar en un sistema laboral en el que todos formásemos parte de la misma red en vez de entretenerse uno con otro metiéndose el dedo en el ojo por considerarlo competencia.

Dejémonos de milongas, arreglemos la base del problema y luego se comprobará como “milagrosamente” todos sonríen. 

Los primeros resultados de esta filosofía ya se empiezan a ver en prensa.

Lucía Ferrándiz



sábado, 27 de octubre de 2012

El nacimiento a una nueva forma de trabajar partiendo de la realidad.

Hace tres semanas tuve el gusto de participar en unas charlas dirigidas a jóvenes empresarios Europeos en la provincia de Alicante y me encontré que varios de ellos estaban descreídos y desmoralizados. Indagué en la causa y era que habían asistido a seminarios de motivación empresarial que en su momento fue como una inyección de adrenalina y después del seminario partieron hacía su empresa con una dosis de optimismo y ganas de comerse en el mundo. Todos los problemas estaban solucionados solo había que aplicar la actitud optimista y transmitirla a los trabajadores. Se pusieron manos a la obra e intentaron que los trabajadores sintiesen lo mismo. Algunos de ellos, los más pelotas, les siguieron la corriente y forzaban a los demás a tomar esa actitud, creando más discordia entre ellos, otros cansados ya se revelaban en contra y otros tantos tan solo observaban. 

 El resultado que se obtuvo fue una mayor separación entre los trabajadores y empresa ya que la empresa exigía una actitud que no puede ser fingida más que por un proyecto real y que incentive tanto al empresario como al trabajador. 

 Volví a reafirmar que el “optimismo” no es más que el opuesto del “pesimismo” y que como todo opuesto funciona como una balanza y a más se inclina a un lado más se inclinará al otro. Analizamos las bases y pudieron darse cuenta de que el éxito no se obtiene trabajando tan solo en una mitad y en este caso el optimismo impuesto no era más que “una parte” y que el pesimismo como opuesto también tenía su voto y que al apartarlo no hacía más que hacerlo más grande. Optimismo y pesimismo están formados por la misma energía pero con distinto grado. Y a uno le sigue el otro inevitablemente.

Tratamos el tema en profundidad con técnicas que he desarrollado para la Asociación y en tres semanas que hace que terminó el curso 34 de 37 trabajadores han ejercido cambios notables en cuando a la actitud en el trabajo, el rendimiento está ascendiendo, todavía es muy pronto para una valoración real.

Hay una realidad que va más allá de las bonitas palabras del optimismo esto me hizo recordar un cuento que os pongo al final del texto que creo ha de servir de reflexión. Es incuestionable que el sistema ha cambiado y nuestra forma de trabajar e incentivar a la empresa también ha de ser distinta. Se acabaron los empresarios que ven al trabajador como un elemento de producción y los trabajadores que solo ven el trabajo como una obligación para ganarse la vida. Cada vez se cree menos en el trabaja más y trabaja contento cuando en el fondo eres tratado como un objeto de producción, contento o triste, pero un elemento de mano de obra tan solo. 

Es necesario que haya una integración entre el trabajo y la vida personal, que el equilibrio entre ambas sea nivelado al punto en que como un engranaje perfecto la persona de lo mejor de si en todos los aspectos. Una persona feliz es una persona que equilibra su vida laboral y personal, no hay una forma “incompleta” que pretenda que la persona sea tan solo feliz en el trabajo. No somos máquinas que nos desprogramamos a cada sitio que entramos. 

Las horas de trabajo y las condiciones en él, la satisfacción del tiempo que se pasa en casa, con la familia…, son indicadores del equilibrio entre el trabajo y la vida personal y de ahí podemos extraer el índice de equilibrio que nos indicará la felicidad y la productividad en una empresa. No hay mayor incentivo para un trabajador que contemplar la vida personal y colaborar en ella. Una simple y breve apertura a ello cambia significativamente los resultados empresariales.

La integridad de la persona implica los aspectos personales y profesionales y si ambos no son contemplados trabajaremos con seres incompletos que por mucha inyección de adrenalina y positivismo que se les inculque no será más que pan para hoy y hambre para mañana. No hay persona feliz en el trabajo y desgraciada en casa ni viceversa, si los problemas del trabajo afectan en casa y los de casa en el trabajo y la vía de comunicación entre ambos aspectos está cortada será una bomba de relojería para la persona. 

Incentivemos una forma de trabajo más humanitaria que contemple a la persona en su integridad. Realmente es sencillo hacerlo, solo es necesario romper esquemas obsoletos. A veces tan solo son necesarios pequeños cambios que ni siquiera son un costo extra para el empresario.
CUENTO Un director de empresa que acababa de asistir a un seminario sobre motivación llamó a un empleado a su despacho y le dijo: “De ahora en adelante, se le permitirá a usted planificar y controlar su propio trabajo. Estoy seguro de que eso hará que aumente considerablemente la productividad”. “¿Me pagarán más?”, preguntó el empleado. “De ningún modo. El dinero no es un elemento motivador, y usted no obtendría satisfacción de un simple aumento de salario”. “Bueno, pero, si aumenta la productividad, ¿me pagarán más?” “Mire usted”, dijo el director. “Evidentemente, usted no entiende la teoría de la motivación. Llévese a casa este libro sobre motivación y léalo: en él se explica qué es lo que realmente le motiva a usted”. Cuando el empleado salía del despacho, se detuvo y dijo: “Y si leo este libro, ¿me pagará más?”

domingo, 2 de septiembre de 2012

¿De verdad te crees que estás limitado? ¿Hasta que punto es cierto? Sí, estamos llenos de limitaciones, pero limitaciones mentales. ¿Cuanto tiempo más vas a dejar que esas limitaciones dirijan tu vida?

Acepta las limitaciones como un RETO para tu crecimiento y superación personal y LIBERATE.


sábado, 1 de septiembre de 2012

Las verdaderas campeonas que están siempre en la sombra y no se llevan medallas. Las que trabajan tan solo por el gran AMOR que las mueve, las que no se cansan de luchar. LAS MAMAS DE LOS OLIMPICOS. 

Por ellas y desde la Asociación Española de Gestión y Desarrollo para la Superación, nos quitamos el sombrero.


LA PERSEVERANCIA NUESTRA MAYOR ARMA.

Algunas personas que perseveraron a pesar de sus discapacidades:
* Beethoven (compositor) – era sordo
* Ray Charles (músico) – es ciego
* Thomas Edison (inventor) – tenía un problema de aprendizaje
* Albert Einstein (científico) – tenía una discapacidad de aprendizaje
* Stevie Wonder (músico) – es ciego
* James Earl Jones (actor) – era tartamudo

* Vincent Van Gogh (artista) – tenía un trastorno mental
* Stephen Hawking (físico) – tenía la enfermedad de Lou Gehrig (del sistema nervioso)

Mirar este video ( fijaros en el de la gorra).

NUNCA OS DEIS POR VENCIDOS, MANTENEOS EN VUESTRO OBJETIVO.






REFLEXIONA:

El paisaje cambia, así que aprovéchalo: claro que hay que tener un objetvo en mente: llegar a lo alto. Pero a medida que se va subiendo, se pueden ver más cosas, y no cuesta nada detenerse de vez en cuando y disfrutar un poco del panorama de alrededor. A cada metro conquistado, puedes ver un poco más lejos; aprovecha eso para descubrir cosas de las que hasta ahora no te habias dado cuenta.