lunes, 5 de diciembre de 2011

El miedo al fracaso

Sólo una cosa convierte en imposible un sueño: el miedo a fracasar. (Paulo Coelho)

¿qué es el fracaso? Tan sólo algo que no salió como esperábamos, Pero acaso todo lo que todo lo que queremos es para nuestro bien,¿tenemos la seguridad?, creo que nadie la tiene, entonces dejemos que las cosas sean como han de ser, sin poner etiquetas de éxito o fracaso. Lo único que importa es luchar por nuestro sueño, en el camino aprenderemos las suficientes cosas para que éste ya de por si merezca la pena.

martes, 29 de noviembre de 2011

Cita-reflexión

- Una persona no puede directamente escoger sus circunstancias, pero si puede escoger sus pensamientos e indirectamente -y con seguridad- darle forma a sus circunstancias. (James Allen)


Tal vez te preguntes qué debes hacer ahora, que hay muchas cosas que no dependen de ti en estos momentos y solo te queda esperar. Pero esa actitud es pasiva y te encadena a los resultados exteriores. Empieza por cambiar tus pensamientos, eso si que puedes hacerlo AHORA. El resto deja que venga solo. 

jueves, 24 de noviembre de 2011

El poder de la sonrisa



Sonríe, pero sonríe AHORA, no lo dejes para mañana, es el momento de empezar a cambiar tu vida y eso puede suceder con una sonrisa. ¡Ves, por poco que parezca este es un buen comienzo!

martes, 22 de noviembre de 2011

Cita

Reflexiona sobre tus bendiciones presentes, de las cuales posees muchas; no sobre tus penas pasadas de las cuales, todos tienen algunas. – (Charles Dickens) 



¿Decides superarte o estancarte? Porque ambas cosas están en tus manos. Si decides vivir el presente y a pesar de que las circunstancias sean difíciles agradeces lo que tienes, los momentos difíciles pasarán con mayor rapidez y saldrás reforzado, pero si tus pensamientos son dominados por las penas pasadas, piensa que tu futuro lo estás creando AHORA. No alimentes los pensamientos de lo que no quieras para el futuro. ¡Es tu decisión!

sábado, 29 de octubre de 2011

Crisis y superación.

Aquí os traemos una nueva historia para que penséis en ella:
Una empresa estaba en una situación difícil, las ventas iban mal, los trabajadores estaban desanimados, y la situación financiera del negocio era crítica.
Era preciso hacer algo para revertir este caos pero nadie parecía hacerse cargo.
Un día, cuando la gente llego a trabajar, encontraron en la portería un enorme cartel que decía: “Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de nuestra empresa. Usted esta invitado a participar del velorio en el salón central”.
Todos sintieron gran curiosidad por saber quien seria este personaje por lo que se dirigieron al salón central para conocerlo. A medida que las personas iban aproximándose al cajón, la excitación aumentaba. ¿Quien seria que había muerto?
Uno a uno, se fueron aproximando al cajón, miraban al difunto y se quedaban pasmados, en absoluto silencio, como si estuviesen congelados.
Pues bien, seguramente no habrás imaginado que había en el fondo del cajón…
PUES HABÍA… ¡UN GRAN ESPEJO!

Es conveniente revisar los pensamientos negativos que nos están envenenando y enterrarlos sin morir con ellos. Llega un momento que la decisión es critica, los pensamientos negativos o nosotros. No te dejes abatir y VIVE. 

viernes, 21 de octubre de 2011

Tengo un sueño 
por Martin Luther King, Jr.

Tengo un sueño 
por Martin Luther King, Jr.
Discurso leído en las gradas del Lincoln Memorial durante la histórica Marcha sobre Washington:
Estoy feliz por reunirme con ustedes hoy, en la que quedará para la historia como la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.
Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de la injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.
Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Es obvio hoy en día que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.
También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.
Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.
1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia.
Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.
Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"
Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".
Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.
Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".
Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".
Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.
Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.
Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.
Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antesecores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.
Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".
Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"


Washington, DC
28 de agosto de 1963


En el 2007 se estrenó una película llamada "Diarios de la calle" (Freedom Writters, en inglés) que está basada en una historia real, cuyo tema central es precisamente la discriminación hacia los negros y otras minorías raciales. Dentro de la banda sonora de la película destaca una canción llamada "I have a dream" que está basada precisamente en éste discurso.

Hoy en día en pleno siglo XXI sigue habiendo discriminación, seguimos juzgando a la gente por lo que parecen, no por lo que son. En cierta forma, vivimos aún en la Edad Media en donde una persona sólo necesitaba acusar a otra de brujería para que la quemaran en la hoguera. Ahora no hay hogueras físicas, pero sí psicológicas; vemos continuamente como la envidia y el miedo destrozan personas, familias, comunidades e incluso países enteros. Martin Luther King, Jr dijo aquel día:
"Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales"."


Se refería a Estados Unidos pero es aplicable a cual parte del mundo por pequeña que sea. Dios nos ha creado iguales: más gordos, más delgados, más altos, más bajos, hombres, mujeres, morenos, rubios... Pero todos tenemos en común como mínimo: un cerebro, un corazón, unos vasos sanguíneos por donde pasa la sangre (que siempre es roja) y un tejido que delimita todo nuestro cuerpo llamado piel. 
La incomprensión y envidia hacia los que son diferentes de alguna forma dan lugar al miedo y el miedo hace que la gente cometa atrocidades. Por este motivo se suele desprestigiar, apalear, aislar y quitar la libertad a aquellas personas que nos dan miedo. Alguien dijo: "ojo por ojo y diente por diente" y otra persona le contestó: "ojo y por ojo y todos tuertos". La historia demuestra que combatir el fuego con fuego sólo crea una hoguera más grande, así que tal como dijo Martin Luther King aquel verano "No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio."


Lo que debemos entender es que los sueños pueden cumplirse si se está dispuesto a luchar por ellos, aunque tenemos que entender que el tiempo no lo ponemos nosotros. En EEUU la discriminación y la desigualdad siguen iguales que hace décadas en las clases media y baja de la sociedad, sin embargo, tal como demuestra la elección de Obama como presidente de EEUU -algo completamente inviable hace años-, parece que en las clases más altas esa desigualdad va desapareciendo. Tenemos que ser pacientes con nuestros sueños y pensar que si no nosotros no los vemos cumplidos, tal vez si lo harán nuestros nietos o bisnietos sabiendo que sus abuelos o bisabuelos pusieron la primera piedra para el cambio, ya que existen sueños que son muy, muy grandes tal como el que tenía Martin Luther King, Jr.